|
Ich steh vom Schreibtisch auf, geh in die Küche, mach das Radio an und nasche ein Stück Fleisch aus dem Topf, in dem der Eintopf von heute köchelt (Apropos: Ich hasse Eintöpfe – falls ihr mich irgendwann mal zum Mittagessen einladen solltet, was ich übrigens niemals annehmen würde, da ich unter Sozialphobie leide).
|
|
Me levanto del escritorio, voy a la cocina, enciendo la radio, me robo un pedazo de carne de la olla donde se cuece la sopa del día (por si acaso odio los caldos, en caso de que algún día decidan invitarme a almorzar a su casa, cosa que de seguro no aceptaré ya que padezco de fobia social). Ahora salgo de la cocina, vuelvo al escritorio, me siento. Y mientras mastico y mastico el hirviente pedazo de vaca altiplánica, observo una vez más la lechosa página Word, aún impoluta. Sin quererlo, me concentro en las voces que provienen de la radio. Es mediodía, hora de las noticias. “Que Evo por aquí” “Que Evo por allá” “Que Evo por acullá”. Y de repente empiezo a escribir:
|