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Con respecto a la primera pregunta, por lo general son periodistas quienes la formulan. De las 55 veces que me han planteado esta pregunta desde hace un año, sólo en una ocasión provenía de una organización no gubernamental. Es de suponer que hay personas con una enorme capacidad para plantear esta pregunta, porque he respondido a ella una, y otra, y otra vez. Tal como yo lo entiendo, a ciertas organizaciones no gubernamentales les inquieta que, de los 151 Miembros de la OMC, los ciento veintitantos que son países en desarrollo puedan aceptar un resultado de la negociación que no esté a la altura de sus expectativas, siempre que se compense con promesas de asistencia financiera. Esto es absurdo, no hay nada de eso. Los países en desarrollo lo han dicho y repetido, yo lo he dicho y repetido, los donantes lo han dicho y repetido: los dos mandatos son distintos, no se hablaba de Ayuda para el Comercio cuando comenzaron las negociaciones en 2001, se empezó a hablar en serio de ella en Hong Kong en 2005, la Ayuda para el Comercio no está condicionada al resultado de la Ronda. Se trata simplemente de tener en cuenta el hecho de que, para muchos países en desarrollo, el resultado de la negociación, es decir, el acceso a los mercados, no se hace realidad de inmediato y mientras tanto no tienen capacidad para beneficiarse de ese acceso a los mercados. Es así de sencillo. Creo que no hay que ver teorías de la conspiración en todas partes; comprendo muy bien que las personas tengan inquietudes, pero no veo nada que se le parezca en los hechos, en lo que se ha llevado a cabo, en lo que se ha dicho, en nuestros proyectos, en los proyectos del Banco Mundial, de la UNCTAD, del PNUD, de la ONUDI o de la FAO. Por tanto, es una idea que me parece extraña y que, en cualquier caso, no está basada en ninguna realidad, y creo que hay numerosos elementos que demuestran que no se trata de eso.
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