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En palabras de un ex asesor de la Secretaría de Política Económica del Ministerio de Hacienda, "En los primeros tres años del gobierno de Lula da Silva, la visión neoliberal predominó en las acciones de política económica" (Barboza y Pereira de Souza 2010). Un destacado economista de la CEPAL también recuerda esta polémica, "En aquel momento existía en Brasil un debate que confrontaba las dos visiones económicas existentes al interior del gobierno de Lula, 'Crecimiento vs. Estabilidad'. La extensión del acuerdo que negoció con el FMI casi no tuvo condicionalidades por dos motivos. Primero, porque el gobierno estaba desplegando una política económica ortodoxa, afín al Fondo y, luego, porque el mercado ya estaba convencido que la economía iba bien y que el PT no iba a romper con el FMI. Al momento de cancelar anticipadamente la deuda, el sector externo estaba estable (aunque con bajo crecimiento), por lo cual la señal económica ya estaba dada. Sin embargo, desde el 2002 aún era importante la desconfianza del PT. La medida, entonces, fue para el ámbito doméstico, en pocos meses había elecciones presidenciales en el país y esta era una medida que iba a ser visualizada con agrado por el PT y a sus socios".
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