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Como para todos los aspectos, también para el fundamental de las fuerzas armadas [Obra de referencia:Mostra delle armi ed uniformi napolitane 1734-1860, Museo Principe Gaetano Filangieri, Nápoles 15 abril – 30 junio 1969, Cátalogo por el Comité Organizador, Museo Filangieri, Nápoles 1969, pp. 9 y sgg.; Il Real Collegio Militare della Nunziatella, Mostra documentaria (mayo 2000-abril 2001), por G. CATENACCI, Nápoles 2000, y por G. CATENACCI, La Nunziatella nella storia, Associazione Nazionale ex Allievi Nunziatella, Nápoles 2000.Véase: R.M. SELVAGGI, Nomi e volti di un esercito dimenticato, Grimaldi & c. editori, Nápoles 1990], la subida al Trono de Carlos de Borbón en el 1734 establece la constitución de un real ejército nacional; aunque en las primeras décadas el vigor de las fuerzas fué el regalo de Felipe V hecho al hijo de la mitad del ejército español y de casi toda la artillería (unos 30.000 hombres entre infantería y caballería; después de la conquista del Reino se quedaron 18.000).
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