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Un poco de historia La ciudad de Marrakech, que originalmente se llamaba “Morkach”, dio nombre a Marruecos. Alrededor del año 1000 no era más que un campamento en la ruta de las caravanas hasta que Abou Bakr, líder del ejército almorávide, instala una base militar. En 1062, Youssef Ibn Tachfin relega a Abou Bakr y levanta la mezquita Ben Youssef, que será el primero de los numerosos templos edificados en la ciudad. La pequeña ciudad amurallada no tardará mucho en convertirse en un importante eje comercial, cultural y religioso. Es durante este periodo cuando se planta el palmeral y Marrakech se convierte en la capital del reino, unificado en 1083. En 1147, Abdel Moumen, tras un larguísimo asedio, toma control de Marrakech, derroca a los Almorávides e instaura la dinastía almohade. La ciudad conocerá entonces su edad de oro y atraerá a intelectuales y escritores. Bajo el reinado de los Almohades se construye el símbolo imperecedero de Marrakech: la mezquita Kutubia. En 1269, los Benimerines ponen fin a la dinastía almohade y toman el control de la ciudad. La capital se traslada entonces a Fez, relegando a Marrakech en cierta medida al olvido. Habrá que esperar hasta el siglo XVI y a la ascensión al poder de la dinastía Saadí para que Marrakech recupere su antiguo esplendor.
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