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Podríamos, por supuesto, reírnos de todo esto como si se tratara de una anticuada casita del horror de barriada y de esta manera distanciarnos de las profundidades del alma humana que se encuentran en exhibición. Las imágenes expuestas en los pisos superiores, son testigo del hecho que Coleman no solo reduce el horror a la emoción. Asesinatos, deformaciones físicas y enfermedades reverberan en su obra como una introspección depresiva. Después de todo, el título de la exhibición fue “Internal Digging”( Excavación Interna). Sus imágenes intentan borrar las pesadillas que crea. Para Coleman, ellas funcionan también como altares de vudú en los que se llevan a cabo sacrificios para apaciguar a los demonios. Tomemos, por ejemplo, su autorretrato “I Am Joe´s Fear of Disease” (Soy el temor de Joe a la enfermedad) en la que se muestra el sufrimiento de Coleman por una enfermedad de la piel mediante escenas en formato de caricatura, transformando de esta manera el sufrimiento en una obra de arte.
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